Anochecía... Y los del final mantenían la euforia incluso de madrugada. De hecho, cuando por fin se hizo el silencio (dejando entrever que lo que la gente quería era dormir), una de las fiesteras del final gritó
fue un cumplido en comparación a los insultos que en ese momento estallaron en las bocas de la gente que intentaba descansar. Después se calmaron un poco. Menos mal...
Al día siguiente (
29 de Julio) nos bajamos en Amsterdam a pasar el día e
imponer nuestra ley. No ha cambiado demasiado desde que un servidor estuviera allí un año antes exactamente; eso sí: han quitado algunos escaparates. Por lo demás bien, sigue habiendo porros, putas, sexshops y todas esas cosas malignas que hacen de Amsterdam la capital mundial del vicio. Destacable:
hacer el memo en el parque Rembrandt y el temer que algún policía te diga algo por llevar un porro en la mano. Bueno, y que fui el guía de todos.
A las 23:30 aproximadamente nos embarcábamos ya en la recta final del viaje de ida, con la esperanza de ver aquel bar de Hamburgo que teníamos reservado... Lástima que arrastrásemos tantos retrasos (debido a las paradas en España) y hubiésemos estado tanto tiempo en Amsterdam. Por unas causas o por otras no pisamos Hamburgo, (otro año será...) pero había que cumplir los horarios y lo
primordial era llegar al pueblecito de Wacken el
Miércoles 30 de Julio muuuuuy temprano...
Después de no haber dormido demasiado plácidamente, mis ojos se entreabrieron en torno a las séis de la mañana. La gente ya empezaba a mirar por las ventanas con admiración, pues más allá de la niebla
se empezaban a vislumbrar los primeros edificios del pueblo más metálico de todo el
fucking world!. Tiempo tuvimos, desde luego, de mirar por las ventanas, ya que a las 6 de la mañana ya había atasco. Al poco empezaríamos a ver los carteles luminosos con la calaverita y más tarde aparcaría el autobus al lado de las taquillas. Nos bajamos, cogimos nuestro equipaje y fuimos a que nos pusieran la pulserita y nos dieran la útil
full:metal:bag. Después tocó andar infinito, no por la lejanía de nuestra ubicación final en el camping, sino porque cuando llevas a rastras los hierros de la tienda de Antonio y Alfonso y la mochila con piedras de Vicky el viaje se hace eterno. Al final nos pusimos en el
camping B, que es el más cercano al recinto del festival. Y menos mal que llegamos pronto porque de no ser así hubiera sido imposible pillar un sitio a menos de 15 minutos (si no te pierdes) del recinto.
Cuando empecé a montar la tienda me percaté de que estaba en un festival de verdad: las piquetas podían clavarse
con la mano. Mientras Vicky ordenaba sus cosas yo observaba a lo lejos el monolito con el logo del festival (que pasaría a ser nuestra particular estrella polar), así como
los escenarios principales a cuyo recinto de momento no se podía acceder. Si a todo esto le sumas que escasos rayos de luz se asomaban de entre las nubes da un resultado tan bonito el de la foto.
Una vez construido nuestro particular fuerte nos fuimos al pueblo a comprar cerveza y... Más cerveza. El supermercado pillaba lejos y tuvimos que recorrer el pueblo entero para llegar, no sin disfrutar del paisaje de camino hacia allí.
Pasamos por delante de la oficina de información oficial del festival, en donde además de preguntar dudas (y yo no vi a nadie preguntando) puedes comprar todos los artículos oficiales del W:O:A, en dónde yo me pillé el poster, pero había incluso tostadoras oficiales, consoladores oficiales (dos modelos), etc. Más adelante las casas
de los que viven ahí de verdad (a los que la organización les pone una pulserita para que entren gratis a dónde les dé la gana) habían sido habilitadas para la ocasión, ofreciendo una barra con bebida fría y de oferta a los miles de
metalheads (porque resulta que cuando vas a Wacken dejas de ser jevi para ser
metalhead) que tenían que pasar por allí para llegar al camping o para comprar suministros; entre esos puestos había uno de españoles (¿?).
Siguiendo nuestra ruta pudimos percatarnos de que los supermercados que habían de camino al que decía Antonio y las gasolineras estaban literalmente abarrotados, pues no todos los días incrementa la población de un pueblo en
75.000 personas de golpe. También pude observar como por una acera la gente iba en una dirección y por la otra acera, en la dirección opuesta. Imposible comparar a estos alemanes tan organizados (¡¡hasta para eso!!) con los españoles, quienes ya habrían causado un atasco kilométrico de estar en España...
Al final llegamos al dichoso supermercado, en donde nos abastecimos debidamente con
cerveza de Wacken y Franziskaner a precio de coste, agua alemana (digo alemana porque hay una gran diferencia respecto a la española, pues esta te la comprabas por niveles de gas (porque toda el agua es con gas) y nosotros la compramos con el nivel más bajo) más una innecesaria botella de Jack Daniels (bravo Antonio por pensar en las opiniones de los demás). Al lado estaba la tienda de las cosas vikingas y allí compramos la hidromiel y por supuesto, los cuern... Regalos de mucha gente.
De allí nos dirigimos al puesto de camisetas oficiales del festival, el que estaba en la entrada del recinto de conciertos (
27). La pared donde estaban expuestos todos los modelos de camisetas del festival era más o menos, para que os hagáis una idea, de dimensiones similares a las de un autobus de lado subido en alto. En serio, parecía que estaban tocando Metallica en el puesto este
¡¡la hostia cuanta peña!! ¡¡incluso un tío que no podía salir de la primera fila tuvo que salir del barullo haciendo
crowd-surfing!! tuvimos que esperar por lo menos media hora hasta toparnos contra la valla de contención (
igualico que un concierto) y empezar a pedir cosas. Yo me pillé la camiseta del festival (¿cómo no?), la del Black stage, la gorra, el programa y más regalos.
Fuimos a dejarlo todo en el camping, y tras ordenar un poco aquel caos y tomar algo fuimos a hacer aquello que se nos había olvidado entre tanta emoción y júbilo... Dicho de alguna manera, el autobus había retraído nuestros organismos en una espiral de cansancio, sudor y heces retenidas, y era hora de solucionarlo.
Tuvimos que comprarnos un cartón (por 11€ o así) donde te clicaban cada vez que usabas el váter o la ducha, ambos servicios de lujo: el váter estaba impoluto, pues un currante lo limpiaba cada vez que alguien... lo desocupaba. Te ponía ahí tu papel higiénico, limpiaba el suelo y
¡¡a cagar!! la misma cabina tenía hasta un grifo para lavarse las manos después; mientras que la ducha emanaba agua caliente (habéis leido bien)... Pero nada más, muy limpitas y eso... Ya que la visión de los alemanes nudistas no creo que agrade a nadie. Vamos, que aquello parecía la fiesta de la salchicha. Lo mejor es que a los cuatro pringaos que te veías en bañador los oías hablar en un perfecto español.
Hecho esto dimos una vuelta por allí para ver con un poco de detalle lo que había montado. Recuerdo que era todavía el día 30, el día antes de que empezasen los conciertos de verdad, por lo que aún no habían abierto la zona de los escenarios principales. No obstante en este paseo pudimos observar la inmensa cantidad de puestos de comida que había solo en la "antesala" del recinto de los conciertos (quiero decir, merodeando por
13)... Varios tipos diferentes de puestos de pizzas, varios tipos diferentes de puestos de kebaps, varios tipos diferentes de puestos de salchichas alemanas (recalcar que lo que aquí llamamos salsa barbacoa allí lo llaman ketchup), varios tipos diferentes de puestos de hamburguesas, varios tipos diferentes de puestos de patatas fritas, varios tipos diferentes de puestos de perritos calientes, el puesto que tenía forma de ajo donde vendían pan de ajo , varios tipos diferentes de puestos de comida tailandesa, china, mexicana, asiática... ¡¡Hasta un puesto de crepes!! sin contar los abundantes puestos de bebida tales como Red Bull, Jack Daniels, Becks...
En los puestos de Becks te servían vasos de plástico de poco más de tercio de litro con un dibujo del festival en un lado. Una vez que lo pedías la bebida te costaba más barata si llevabas el vaso para que te lo rellenasen(4€ la primera vez, 3€ las siguientes). Lo mismo ocurría con las
jarras de litro (11€ la primera vez, 8€ las siguientes), también con el logo del festival... La bebida no era precisamente barata, pero para ser un festival y ser la cerveza
Becks era un precio relativamente razonable. También hay que añadir que si te vas de viaje te llevas perras siempre, así que no cuesta tanto aunque sea pedirte una jarra grande, que estás en Wacken y además luego te la puedes llevar.
En resumen, una locura, faltaban sentidos para captarlo todo. Imagina encontrarte esto cuando previamente te han avisado de que allí tienes que sobrevivir los tres días a base de salchichas en lata... Antonio, habrás ido al W:O:A 2007 (que ahora es lo único que nos sacas "de ventaja"), pero nos lo pintaste como la peor de las guerras a la hora de subsistir y por cuatro euros más o menos te bufas a cenar. Así que para futuras referencias al menos yo releeré este post.
De ahí pasamos al recinto del
Metal Market (
8), equiparable su tamaño al de la mitad de mi barrio. Nada más llegar, en el primer puesto, empezamos a encontrar locuras... Yo que en mi vida había visto una camiseta de
Eluveitie, y menos en
España, allí las había como aquí las de Mägo o las de Maiden que, sin desmerecer la calidad de Maiden (sólo la de Maiden), no deja de echarse en falta más variedad donde elegir. El caso es que empezamos a encontrar unas camisetas... Que si de
Eluveitie, que si de
Thyrfing, que si de
Wolfchant... Entonces empezó a rodearnos el barro, ya que la tierra que pisábamos se estaba mezclando con
mis babas, ¡¡esas cosas en España
NO existen!! me llevé sólo la de Eluveitie por que todavía quedaban muchas cosas por comprar...
Avanzando un poco más te topabas con una tienda con (atención) camisetas de oferta. Se trataba de una especie de cajón lleno de camisetas en plan "rebajas del Corte Inglés" (con su cartelito hortera y todo), en el que se ofertaban 3 camisetas de manga corta a 10€ y 3 de manga larga a 20. La verdad es que tampoco había mucha variedad, se notaba que eran camisetas que le sobraban a las tiendas, pero de calidad. Me acuerdo de estarnos diez minutos rebuscando en el montón de camisetas y estar dando vueltas todo el rato las mismas: varios modelos de Iced Earth, una de Suidakra, una de Rage, la de manga larga del Memorial de Moonspell, y otras camisetas que si dices de buscarlas por internet sí que te cobran los 20€ que cuestan. Lo suyo es aprovechar la oferta con alguien, llegando así a pagar 3€ por una camiseta,
practicamente regaladas. Cuando le informé a Alfonso (acérrimo fan de Iced Earth) de la existencia de este gran chollo casi nos eyacula en la cara.
Mas adelante había montados puestos oficiales de tiendas chungas importantes como
XtraX, en cuyo catálogo puedes encontrar la mayor variedad de
chorradas megachungas del universo, desde pinzas para el pelo hasta
lentillas, pasando por extensiones de pelo, y la típica indumentaria gótica-chunga. Estaba también el puesto de la tienda
Queen of Darkness, dónde Vicky se compró un corpiño rojo que estoy ansioso por que estrene (edito: ya lo
hemos estrenado), y en donde al final no me compré las
chanclas de pinchos (pinchos de plástico). El año que viene caen, que eran 10€ de nada. Lo mejor es que, acostumbrados en España a meter las bolsas que nos sobran en una bolsa de bolsas o, en su lugar, al sitio de las bolsas que hay debajo del fregador de la cocina, en esa tienda le dieron a Vicky una bolsa casi de tela de verdad, parecía un bolso. Encima ella que colecciona bolsas de sitios (verídico)... Despues eran dos o tres puestos más los que representaban a otras franquicias megachungas y perdonadme si no me acuerdo de los nombres, pero bastantes detalles estoy dando.
Luego, además de infinidad de tiendas de camisetas, había también un puesto únicamente de cosas militares, otro de colgantes (donde me pillé mi mini-mjölner como los que llevan los componentes de Amon Amarth), otro de pulseras de hierro artesanales (osea, que dependiendo del esfuerzo que el tío había empleado en hacerlas te las cobraba más o menos caras), y la misteriosa entrada a
la carpa del Metalmarkt (
19, el mayor compendio de frikadas metálicas del Wacken), que abriría al día siguiente. Al irnos de allí pasamos por el mercado medieval, que era considerablemente más pequeño. Estaban especializados exclusivamente en cosas vikingas, sin embargo cuando te daban las monedas del cambio te daban unas raras piedrecillas, quizás con alguna especie de conjuro... O no. Además había un toldo que albergaba bajo de sí una especie de
comuna vikinga-medieval-hippie-extraña... Con perro y todo.
Mirando al infinito en el mercado medieval
... Y otra vez al camping a dejar cosas y a cenar escuchando a
Metakilla de fondo... Por cierto, guapísimo cuando gritas "
¡¡¡WACKEEEEEEEEEEEEEEENNN!!!" y te contestan desde la otra punta del mundo con berridos aun más estridentes, o en su lugar te contestan los finlandeses
demacraos que tienes al lado con un desinflado "
váquen..." sin alegría de vivir. Hay que ver, esos tíos llegaron , montaron la carpa y no se movieron de ahí los muy huevones... Luego intentamos ver a Mambo Kurt en el W.E.T. Stage (
4), sin éxito, fue entonces cuando empezamos a asumir que íbamos a ver a los grupos desde bastante lejos...
Esa noche Alfonso, Vicky y yo estuvimos con Oscar, que había venido en caravana desde Ceuta. Nos fuimos con él para que nos la enseñase... Pero madre mía, estaba a tomar por el orto, ni él sabía llegar. Nosotros teníamos el monolito del festival y los mapas tipo "Usted está aquí" que la organización había dispuesto para mejorar la orientación de los miles de
Metalheads perdidos, pero Oscar... Al final llegamos y joder... Qué envidia... Comida de casa, agua de casa, cama y váter propios... Se hizo dura la vuelta... Por eso nos pillamos los primeros tallarines de todo el fin de semana (de esos
to ricos por 5€) y recenamos como verdaderos cerdos.
Aquel día dormimos como bebés. Bueno, bebés
metalheads. Teníamos planeado despertar a las 10:00, pero el sol nos obligó a estar en pie a las 9:00 aproximadamente, y a buscar con ahínco la cremallera de la tienda para sacar la cabeza y tomar aire. Ese día (
31 de Julio) los conciertos empezaban a las 18:30, por lo que fuimos con bastante calma.
Empezamos haciendo cola para entrar en
la carpa del Metalmarkt. Pagamos 2,50€, nos pusieron la pulserita y para adentro. Después de ver lo de fuera quizás se me antojara un poco más de lo mismo, pero es que un poco más de lo mismo allí es algo bastante digno de agradecer. Habían más puestos de camisetas chungas (muy chungas) que sólo existen allí. Había incluso un puesto en donde tenían expuesta una camiseta de Six Feet Under de talla XXXXXXL, lo que viene a ser lo mismo que una sábana de Six Feet Under. Había también un puesto de ediciones limitadas (casi todas con el sello de nuclear blast), como por ejemplo, el "Korven Kuningas" de los Korpiklaani con un cuerno del grupo (!!!). No tengo fotos del sitio porque yo allí iba poseído por mis impulsos naturales, preguntando precios en todas las tiendas, mirando camisetas, sudaderas, discos... A lo mejor no mucho más, pero la variedad de estas tres cosas era abrumadora. Pregunté en todos los putos puestos a ver si tenían la dichosa camiseta de Bloodbath que andaba buscando, pero ni allí... Me pillé una Sudadera de Wintersun y una nueva camiseta de Unleashed (gracias mamá por mancharme la otra de lejía).
Cuando salimos de allí caímos en la cuenta de que aún no habíamos visto el recinto por dentro, así que nos metimos a ver qué coño era eso. Para entrar a penas te registran (a mí me tocaban un poco los bolsillos y
pa dentro), pero si llevas mochila siempre le dan un repaso. Por lo visto no se pueden entrar pilas para la cámara digital ni bebidas de ningún tipo, pero sí que puedes entrarte tu jarra vacía para que te la rellenen dentro, con los cuernos ya no probamos. Creo recordar que no vieron problema con la comida. A vicky la toqueteó entera una chica de W:O:A Security, y por cómo lo hacía casi termino toqueteándome yo.
Investigando en el interior descubrimos el stand donde firmaban los grupos (
22). En ese momento estaba
Doro, que no tocaba en el festival pero fue allí para promocionar su nuevo disco o no sé qué... Los alemanes coreaban "Dooooogggooo, Dooooogggooo" como si de rudos gabachos se tratara. Más allá estaba el puesto de guitarras (donde una chica del autobus se compró una funda para el bajo en forma de ataud) y más adelante el chiringuito de Metal Hammer (
21), donde
regalaban ejemplares. Lo mejor es que venían con DVD y con pósters, entre ellos uno de Opeth que ahora está expuesto en mi pared.
Nos dimos la vuelta y, luego de que nuestra vista realizase la ardua tarea de esquivar los infinitos puestos de Becks, pudimos otear, allá en el horizonte, lo que viene a ser la parte opuesta del recinto, en donde habíaaaa... ¿A que no lo adivináis? MÁS puestos de merchandising, mas esta vez se trataba de los puestos oficiales de las discográficas; y más puestos de esos de camisetas de rebajas. La particularidad de estos puestos es que las cosas eran... Pues como más oficiales. Ya me dirás qué es más oficial que algo comprado en el puesto oficial de Nuclear Blast... Desde luego el que más me gustó fue el de SPV, en donde
regalaban posters oficiales de los "fichajes" de la compañía... Imaginad una mesa llena de tacos de posters de bandas como Gamma Ray, Unleashed, Motorhead, Moonspell... Todos dispuestos a ser cogidos gratuitamente por nosotros. Desde aquí: gracias SPV por decorar mi habitación.
Desde luego no se puede decir que en Wacken falten puest... ¡¡Hostia espera!!,
aún hay más. Me falta uno de los más importantes: ¿os acordáis de lo del tío que se tuvo que salir del barullo de gente haciendo
crowd-surfing? pues eso era en el puesto de camisetas de fuera del recinto. Dentro de él había otro puesto de iguales dimensiones, lo único que este tenía tres caras, la frontal para más merchandising oficial del festival, y las de los lados para merchadising oficial de las bandas que tocaban...
Creo que ha quedado bastante claro que hay que llevarse pasta ¿no? porque es que allí... Pufff se le va la cabeza a uno... Hay quien opta por dejar de comer para seguir comprando cosas. Yo no, desde luego, aunque de faltarme el dinero no dudaría en hacerlo. El caso es que tanto hablar de consumismo extremo (porque allí todo es extremo) nos ha distraído "un poco" de la principal razón por la que se supone que va uno a Wacken:
los conciertos.
Los dos escenarios principales, Black Stage (
1) y True Metal Stage (
2), eran enormes, quizás un 50% más grandes que el del Lorca. Entre ellos estaba situado el icono del festival, la famosa calavera de Wacken, a la cual prendían fuego al anochecer. Estaban protegidos como es debido (
recuerdo que hablamos de Alemania), tomando precauciones contra la posible lluvia y frente a los propios espectadores, ya que existía
un abismo de cinco o séis metros entre la valla de contención y el principio del escenario. El sistema de iluminación por su parte era el más complejo que he visto, ya que de una estructura principal se desplegaba otra, y de esa, otra más. El show de Maiden fue el que más amortizó esta acertada cualidad. Estos dos escenarios, al igual que el Party, contaban con instalaciones de pirotecnia, por lo que todos los conciertos fueron literalmente
infernales.
El Party Stage (
3) estaba algo más apartado, más allá del True. Tenía un montón de árboles detrás, por lo que parecía que estabas viendo un concierto en medio del bosque. No obstante, a pesar de estar "apartado" de los grandes y parecer menos importante, fue el escenario que gozó del mejor sonido del festival (las actuaciones de Leaves Eyes, Primordial, Obituary y Axxis así lo demuestran).
Despues estaba el W.E.T. Stage (
4), donde tocaban las bandas menos conocidas. El escenario era de un tamaño similar al del escenario mediano de la Gamma (donde tocaron WarCry en la gira del "¿Dónde Está La Luz?") y estaba tapado, lo cual era un impedimento bastante molesto a la hora de... Esto... Respirar, además de hacer un calor infernal. Desde luego fue el escenario más incómodo para artistas y público, por lo que allí vimos sólo a los que nos hacía mucha ilusión ver.
Algo muy reseñable de Wacken es sin duda la lluvia. A veces viene, a veces va... El caso es que no sabes cuando va a aparecer. Por ello, la precavida organización introduce todos los años en la Full:Metal:Bag su producto estrella: el Wacken poncho, perenne protector frente a las lluvias ocasionales. Si no eres muy bestia te puede durar todo el festival, y la verdad es que te salva de más de una.
Pero claro, si llueve... Pues llega el barro. Hay quien dice que el barro de Wacken tiene un olor especial (existen incluso ambientadores para coche con aroma a barro de Wacken), pero a mí por lo menos me pareció una mezcla entre olor a mierda y a "calcetín sudado tras una semana andando por el monte". Imprescindible llevarse unas buenas botas militares dispuestas a ser muy desgastadas.
En cuanto a las actuaciones se refiere... Hombre, pensad una cosa: si tú eres un artista y eres consciente de que vas a actuar en el más grande, más famoso y, en general, mejor festival del mundo pues dices "hostia,
pos viá ver si lo hago bien ¿no?". Pues eso mismo pensaron todos los componentes de cada una de las bandas, que se esmeraron muy especialmente para la ocasión. A Tobias Sammet se le escapó una lagrimilla al ver allí a tantísima gente congregada moviendo los brazos al son de "Farewell", y es que los escenarios estaban
petaos a cualquier hora, tocara 3 Inches Of Blood o tocara Carcass, tocasen a las 11:00 de la mañana o a las 12 de la noche... Y durante casi todas las actuaciones la gente no paraba de hacer headbanging (se ve que al igual que aquí cuando vas a una discoteca bailas, allí cuando vas a un concierto de metal haces headbanging... Supongo) y
Wall of Death: ¡¡de hecho hicieron wall of death hasta en la piscina!!... Estos alemanes no conocen el cansancio...
... Aunque quien no debe conocer el cansancio eres tú si has llegado hasta este punto, aunque te advierto de que todavía te queda la segunda parte. Si tienes todavía fuerzas para leer las crónicas de los grupos pincha
aquí.