No hay cosa que me duela más que no haberme enterado de que esta novela existía hasta después de un mes de su publicación. Nunca me planteé que "El poder del perro"(uno de mis libros favoritos y primero que leí del autor) debiera tener secuela, pero saber que estaba en cualquier tienda convertía mi necesidad de leerla en algo vital.
En primer lugar, los personajes. No sabía cuánto echaba de menos a los protagonistas de “El poder del perro”: la implacabilidad de Arthur Keller y la doble moral de Adán Barrera, cómo sabes que el héroe tiene mucho de villano y viceversa. El resto de cárteles, sus jefes, sus familias, sus lugartenientes, así como las víctimas, los policías, los periodistas, los ciudadanos de a pie... Todos tienen un carisma propio y da la sensación de que no hay nadie de relleno.
Se nos va presentando a cada uno con la tranquilidad y extensión que el autor se puede permitir en las setecientas páginas que tiene la novela, respetando siembre el ritmo narrativo, sabiendo intercalar adecuadamente los momentos tensos como los más lentos y emocionales. Aunque de estos últimos tiene pocos. Muy pocos.
Esa es otra. Don Winslow nos habla en presente. Con frases cortas. A veces incluso empieza a introducir muchos puntos y a parte.
Quizás quiera ponernos en tensión.
Esto lo convierte en un tomo muy fácil de leer, denso en lo impactante de su contenido, pero no por la cantidad de palabras por página o por un lenguaje demasiado enrevesado. Esto, añadido a la cantidad de cliffhangers, hace que devores tán rapido el libro que terminas deseando que sea aún más largo. No obstante, no está de más ir apuntando nombres de personajes y/o sus organizaciones, parentescos y relaciones que entablan entre ellos, para luego ir tachando, borrando añadiendo... Pues esto hará más fácil el seguimiento de la historia.
Mi ritmo de lectura.
Con el mapa ocurre lo mismo: terminas conociendo mejor la geografía de México que la de tu propio país. De hecho la edición en español contiene en sus primeras páginas un mapa, como si de una novela de fantasía se tratase, para poder ubicar con precisión los hechos narrados. Yo personalmente he desempolvado el mapa de México que imprimí para seguir la acción de “El poder del perro” y lo he pegado en la pared de al lado de mi cama, para resolver mis dudas con tan solo un giro de cuello, sin tener que retroceder al principio cada vez que quería saber, literalmente, dónde estaba.
En definitiva, este libro es, bajo mi punto de vista, una obra maestra. Se disfruta a muchísimos niveles y es una de las mejores novelas que el autor ha dado al mundo. Si no lo habéis leído y no lo estáis haciendo ahora mismo estáis cometiendo un gran error.
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