"La vieja guardia" (Fuerzas de Defensa Coloniales #1), de John Scalzi



Este libro va de un hombre que cuando cumple 75 años hace dos cosas: visitar la tumba de su mujer y enrolarse en el ejército. Pero si es un viejo lleno de ruina y miseria, ¿qué hace ahora metiéndose en ese berenjenal? 

La respuesta no la sabe ni él. En la novela los ancianos tienen la opción de defender el planeta antes que morirse de asco y pena en la tierra. Lo que no saben es cómo. Lo único que saben es que el ejército colonial terrestre posee una tecnología mucho más avanzada que la que se permite utilizar por la población civil. Tanto es así que el centro de reclutamiento se encuentra en una estación espacial que se mantiene en constante suspensión sobre Nueva Delhi a varios miles de kilómetros de altura, conectada con la superficie mediante un ascensor supersónico de la hostia. Flipa. 

Y eso nada más que para imponer. Y allá que va el viejo.

Acabo de espoilearos las dos o tres primeras páginas. A partir de ahí se desarrolla una de las historias de ciencia ficción más frenéticas que he leido. La trama maneja ideas ya trilladas del género, (mamando mucho de las tropas espaciales de Heinlein), pero de un modo original y dando un punto de vista diferente, sin dejar de aprovechar el potencial que tienen este tipo de "space operas" para denunciar ciertos comportamientos humanos que han tenido lugar a lo largo de nuestra historia (siempre y cuando el lector sepa leer entre líneas). 

Además, el autor se sirve de un lenguaje bastante cinemátográfico para imprimir agilidad a los diálogos y para describir los diferentes escenarios donde tiene lugar la historia, y aderezado con chistes tan finos que más de una vez le provocaron a servidor una sonora y solitaria carcajada en medio de un atestado autobus.

Os animo a que os leáis la vieja guardia, que se tarda dos tardes en leerla y tiene tres secuelas igual de extensas y entretenidas. He dicho.

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