Sin meternos en spoilers, sabes que el libro va a ser raro desde que Sombra (el protagonista) se sube a un avión y el tío del asiento de al lado, además de ofrecerle trabajo, resulta ser Odín.
A partir de ahí se desencadena una historia genial, llena de personajes carismáticos, visiones, sueños, conversaciones interesantes, giros inesperados y, sobre todo, referencias culturales y sutiles metáforas, tantas que no le he dado cinco estrellas al libro por no haber sido capaz de apreciarlas todas, y por tanto, tampoco de disfrutar del libro en toda su escala.
Sin embargo, el contexto es genial, pues mientras Sombra conduce nosotros nos damos un paseo por los Estados Unidos más castizos, dormimos en sus moteles y visitamos las atracciones cutres de carretera. Al menos eso a mí me ha encantado xD
El autor además intercala la trama principal con pequeños relatos que aparentemente no tienen nada que ver con los protagonistas, pero que le sirven de base para explicarnos a los profanos conceptos básicos utilizados más tarde, o bien para abrir arcos argumentales que se cierran a su debido tiempo. Porque eso sí, en American Gods no hay cabos sueltos.
Lo recomiendo a gente que tenga el hábito de la lectura bien arraigado, y que haya soportado y a la vez disfrutado libros densos, porque si bien este libro es relativamente fácil de leer, tiene algunas cosas que a mí personalmente me han roto los esquemas.