Lo que me es más curioso de todo esto es que los gatos sienten una irresistible atracción por esta planta. Cuando la ven se restriegan con sus hojas y se comen sus flores, volviéndose más violentos en ausencia de su dosis. Vamos, que para los mininos es como comer setas, ya que esta adicción les causa alucinaciones y un estado de éxtasis muy extraño.
Soy un enfermo, lo sé, pero es que el comportamiento de estos animales frente a la vida me encanta: más vagos que una mierda, gordos, egoístas, jueguetones... Pero sobre todo monísimos. Espero que os guste a vosotros, mis
Así que recuerda, si alguna vez ves a algún gato callejero con la intención de saltar un muro para adentrarse en un lúgubre solar en el que la maleza llega hasta las rodillas, no temas por él, lo más seguro es que se lo vaya a pasar mejor que tú.