Me da igual

Me da igual que haya empezado el curso. Me da igual tener que volver a pisar la estación de autobuses y me da igual que la zorra de la taquilla no me aplique el descuento de estudiantes por no darle una fotocopia de la matrícula que rellenaré cuando sepa las notas de Septiembre. Me da igual, por tanto, luchar por que me cobren sólo 35€ para tener la oportunidad de visitar 10 veces más una ciudad a la que no quiero volver.

Me da igual encontrarme a los tres heroinómanos que rondan el barrio de la universidad y me la sopla si se las pueden arreglar sin mi limosna. Me da igual reencontrarme con la misma gentuza que me ha hecho y me hará la rutina más difícil y me da igual que por su culpa no haya un puto asiento libre en el aula, ahora que son conscientes de que son alumnos de una carrera en extinción...

Me da igual esperar mi turno al final de una cola de setenta personas para que al final mis dudas sobre el plan Bolonia sigan sin resolver. Me la repanpinfla que este año los profesores no dejen ni beber agua en clase y me la suda si una tecno-lesbiana nos condena a entregar cada semana una práctica para la que son necesarias nociones básicas de Autocad, el programa informático que supone la herramienta principal de cualquier técnico competente y que solo es posible utilizar si antes se ha realizado un curso formativo que NO se imparte en la Universidad Politécnica de Cartagena. Me da igual tener que renunciar a algunas fiestas con tal de sacar un poco más de tiempo para estudiar las doce asignaturas que se me vienen encima...

¡¡Me da igual!! Me da igual porque la zorra de la taquilla, en contra de su voluntad y bajo la atenta mirada de su superior, me ha vendido el dichoso bono al presentar el resguardo de un curso de libre configuración; porque gracias al autobus puedo escuchar como mínimo hora y media de música al día, algo sin lo que podría vivir, y por eso mismo, me da igual que cuatro yonquis vengan a pedirme dinero, porros o tabaco porque iré con los cascos puestos y apuesto a que los supero en masa muscular si hubiera que meter alguna hostia de por medio.

Me da igual el exceso de gentuza porque las aulas, como siempre, terminarán vaciándose y sólo quedarán las personas competentes, entre ellas los tres o cuatro seres humanos que cuentan conmigo. Me da igual esperar colas kilométricas en secretaría porque la tía de la conserjería de ese edificio me ha dicho que tengo el pelo super chulo. Si no bebo agua, menos mearé y juro solemnemente que imprimiré mis prácticas en papel de lija y puliré la cara de esa infame tríbada con ellas. Y me dan igual esas doce asignaturas porque voy a hacer lo posible para que en Julio del año que viene hayan pasado a la historia; porque mientras tanto, cada fin de semana será legendario y porque el verano de 2011 no me pienso privar de nada.